Los arbitrajes en nuestro fútbol, fundamentalmente en la Primera División, dejan a menudo un tendal de quejas, molestias y preocupaciones. Nadie está conforme con la manera en la que se dirigen los partidos, anque también es cierto que hay algunos jugadores que no cooperan ni con el espectaculo ni mucho menos con el arbitraje.

A medida que pasan las fechas y se avecinan las definiciones, la insatisfacción de jugadores, entrenadores, dirigentes e hinchas crece hasta tornarse insoportable.
El dilema de los malos arbitrajes es estructural. La última jornada del Torneo del Interior volvió a abrirle puertas a la polémica.
El Domingo pasado se tocó fondo, lo de Gustavo Aguirre en el clásico Def. Boca - Tesorieri fue lamentable, hubo jugadores que repartieron patadas y golpes de cualquier tipo por doquier, ante la pasiva y temerosa acitud del juez, a tal punto que un tumulto originado cerca del arco de Def. Boca Aguirre recibió un patadón de un jugador y diversas agresiones fisicas y verbales, pero no expulsó a nadie, dejándose llevar por delante por todos, que le hicieron y dijeron lo que quisieron.
Antes de que todo esto ocurriera, no sancionó un claro penal en perjuicio de Mario Carrizo (T), que fue amonestado por simular, increíble, tampoco amonestó al menos por reiteración de faltas a Ariel Vallejos (DB) que cometió catorce (14) faltas !!!!, y así un sin fin de situaciones que podemos seguir enumerando.
Lo cierto es que el arbitraje riojano no ha experimentado mejorías con respecto del año anterior, que fue cuando se tocó fondo en serio, al menos creiamos eso, pero el pasado Domingo quedó demostrado que no fue tan así.
La preocupación surge por lo siguiente: Que pasará cuando Gerardo Romero (el mejor soplapitos capitalino) no arbitre más ???, tendrá que ser Darío Reynoso el salvador ???, y el resto ???.
De cara al futuro inmediato, todas las miradas están centradas en Dario Reynoso, Santiago Romero y Gustavo Aguirre, que son el futuro del arbitraje capitalino. Muchos piensan que uno de ellos será el árbitro riojano para los próximos Argentinos "B" (Gerardo Romero actualmente), de allí que progresivamente serán designados para partidos importantes.
La idea debe ser seguramente no apurarlos para ir llevándolos de a poco, pero la vorágine de partidos importantes en nuestro fútbol (torneo local y torneo del interior) no lo permite. De aquí a uno o dos años deberían ser el recambio natural de una generación de árbitros compuesta por Gerardo Romero, Roque Díaz, Luís Oliva y hasta el mismo Walter Ruarte.